NUESTRA HISTORIA
Historia de la Sexta Compañía de Bomberos: Texto del libro Rojo del Cuerpo de Bomberos de Concepción, año 1953
Aún cuando las Compañías de Bomberos existentes presentan eficientes servicios, formando un núcleo competente y especializado, por su preparación y experiencias recogidas a través de largos años de vida y actuación, otros visionarios estiman necesaria la creación de una compañía más.
Un argumento decisivo e incontrarrestable es que, el prevenir más elementos de salvataje a cualquier contingencia que se produjera en la ciudad seria ominoso en una circunstancia determinada, que si no se hiciera, con las consecuencias que serían de prever, impresionando de tal forma, sus más defensores, a las autoridades, que estas con disimulado afán de impedirlo, por el momento, dilataban el punto álgido de las conversaciones.
Su organización es movida por algunos vecinos, que aunque muy ajenos al seno de Cuerpo, se identifican con su finalidad siempre inspirados por un mismo sentimiento. Desgraciadamente estas fecundas ideas preliminares ni dan éxito, y todo se conjura para enfriar tales proyectos.
Sin embargo, algunos años después, unos cuantos voluntarios de la cuarta compañía, siguiendo los mismos primitivos propósitos, echan las bases para organizar la Sexta Compañía. Estos valientes y esforzados voluntarios, no escatiman medios ni voluntades para llevar a la realidad este propósito, reservándose con la experiencia adquirida los cargos de instructores de la nueva organización. Diversos obstáculos van surgiendo a medida que ellos avanzan en su menguado proyecto, y grande es el dolor que sufre en su accidentada aventura con el repentino fallecimiento del Capitán, Don José Quintino F., que deja postergado el proyecto, pues él el inspirador de formar una Sexta Compañía con ciudadanos, hijos de italianos residentes.
Sin embargo, el entusiasmo de algunos bomberos aun mantiene sus fuegos encendidos, y ese proyecto vacila aún en las mentes de sus empecinados forjadores y la Sexta, todavía en embrión se gesta subterráneamente, pretendiendo contra viento y marea, salir a la vida cívica.
Es así, como en febrero de 1933, otros voluntarios de la Cuarta, reunidos secretamente pugnan por derrotar todos los inconvenientes y por fin se decide, sin romper los moldes de la disciplina, solicitar permiso a la directiva, para abandonar las filas y hacer objeto de realidad, aquel sueño de tantas veces contenido.
Una vez más la Directiva del Cuerpo, duda ante la disyuntiva de conceder tal autorización, que abruma por los constantes y consecutivos llamados que le hicieran los voluntarios en sentido de obtener la licencia, al fin cede con gran entusiasmo de aquel grupo de héroes.
El 24 de febrero de aquel año, se declara fundada la Sexta Compañía de Bomberos de Concepción, firmando el Acta correspondiente, de su partida de bautismo, las siguientes personas:
Antonio Cordero, Luis Basso, Miguel Cordero, Jorge Coddou, Eugenio Larenas, Urbano Lagos, Ernesto Folch, Ernesto San Juan, Carlos Zúñiga y Arturo Folch.
Estos fueron los campeones que dan una prueba de constancia para cumplir un propósito de tan elevadas finalidades.
En cuanto a su primera oficialidad queda constituida en la siguiente forma:
Director – Tesorero, Antonio Cordero; Capitán, Miguel Cordero N.; Teniente 1°, Ernesto Folch P.; Teniente 2°, Jorge Coddou N.; Secretario, Luis Basso B.
Esta patriótica oficialidad, toma bajo su responsabilidad la tarea tesonera de seguir trabajando por darle una sólida estructura a esta naciente Compañía.
Pasados los primeros días de organización y venturosas diligencias ya la compañía va adquiriendo el ritmo de sus antecesores. Se forma su cuadro y los voluntarios reciben instrucciones de rigor.
En sesión realizada por el Directorio General del Cuerpo de Bomberos de Concepción, el 9 de marzo de 1933, se declara solemnemente inaugurada e incorporada esta Compañía a la familia bomberil, concediéndole iguales prorrogativas y atribuciones que a las otras, e incluso sus oficiales podían pertenecer a la Directiva General.
En homenaje al Capitán de la Cuarta Compañía, José Quintino Fravega, se le bautizo con ese nombre, manteniéndose su lema “VALOR Y SACRIFICIO”, como símbolo de sabia inspiración. Sigue desarrollándose con la cooperación prestada por las otras Compañías y los aportes de algunos vecinos, especialmente de la Colonia Italiana, quien ha dado sus mejores contribuciones, para el perfeccionamiento elemental de la institución.
De esta manera a la Sexta Compañía se le confiere un “Gallo porta-mangueras”, siendo reemplazada, algún tiempo después, por otra de más moderna confección y que reúne mejores condiciones de rendimiento.
Siempre impulsada por ese fervoroso afán de perfeccionamiento que anima sentimentalmente a todos los voluntarios, ha seguido un camino ascendente de progreso, encontrándola en la fecha en que el Cuerpo celebra sus Bodas de Oro, con el siguiente Directorio:
Director, Antonio Cordero Núñez; Capitán, Luis Basso Benítez; Secretario, Juan Escandon Adán; Tesorero, Gilberto Carez Fernández; Ayudante, Jaime Claramunt Badia; Teniente 1°, Jorge Coddou Binimelis; Teniente 2°, Urbano Lagos Sanz; Teniente 3°, Salvador Claramunt Badia; Teniente 4°, Oscar Llanos.
El 13 de abril de 1953, fecha memorable para la Primera Compañía, con motivo de cumplir sus 70 años de fructífera labor, cuenta esta Sexta Compañía con 31 voluntarios activos y siempre llevan el “Valor y Sacrificio” en sus 31 corazones bien puestos al servicio de la colectividad, sabiamente dirigidos por la siguiente oficialidad:
Director Honorario Jorge Coddou Binimelis; Director, Tristán Figueroa Dorrego; Capitán, Daniel Ortiz; Secretario, Roberto Sánchez Matamala; Tesorero, Belfor Muñoz Orellana; Teniente 1°, Víctor Hugo Melo; Teniente 2°, Luis Ponce Vergara; Teniente 3°, Francisco Ortiz Seguel; Teniente 4°, Guillermo Soto Oviedo y Ayudante, Sergio Lara Montano.